Wadowice es un pueblo pequeño en el sur de Polonia, a 50 kilómetros de Cracovia, situado por el río Skawa, en la parte oriental de la Meseta de Silesia. Es famoso por ser el lugar de nacimiento del Papa Juan Pablo II. En el 2007, visitamos Polonia, y Wadowice estaba incluida en el itinerario.
En una casa de dos pisos, diagonal a la Basílica de Consagración a la Santísima Virgen, donde fue bautizado, vio la luz Karol Józef Wojtyła. Era el menor de los dos hijos del matrimonio integrado por Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska. Su madre era una ferviente católica y se las arregló para que su hijo naciera cerca de un templo pues quería que lo primero que oyera su hijo fueran los "cánticos a Dios". Cuando Karol aún era muy pequeño, su madre le decía a otras mujeres: "Verán que mi pequeño Karol será una gran persona". Su madre falleció cuando él tenía nueve años (en el año 1929). Su hermano mayor, Edmund, que era médico, murió en 1932, por contagio de una enfermedad cuando curó a un hombre de condición humilde. Junto con su padre se trasladó a Cracovia para iniciar sus estudios en la Universidad Jagellónica. Su padre, un suboficial del ejército polaco, murió en 1941, durante la ocupación de Polonia por la Alemania nazi. Su padre siempre lo guió en el camino de la fe y el amor cristiano por los semejantes.
Nuestro bus se detuvo en una plazoleta, en la parte baja del pueblo. Subimos unos cuantos escalones y llegamos a la Basílica, rodeada con un colorido de fachadas espectacular. Era domingo, y la misa la dieron al aire libre, mientras el sacerdote iba recorriendo todas las calles que bordean la Plaza Mayor. Ya dentro de la Basílica, destacan fotografias de su trayectoria, desde que era monaguillo hasta que fue Papa.
Luego, entramos a la casa natal, ahora museo, en la cual muestran diferentes pertenencias de cuando vivía en ésta y en donde permaneció hasta los 18 años de edad, como fotografías de cuando tenía días de nacido y de su corta estancia en el servicio militar, las casullas de capellán, de obispo y de cardenal, monedas commemorativas, eskís (fue un gran amante de este deporte cuando era jóven), los libros que escribió, entre otras pertenencias, asi como souvenirs. No permitieron fotos del interior de la casa, pero mi impresión fue que el futuro Papa no tuvo un origen humilde, pues el mobiliario en general así lo refleja, aunque precisamente la humildad fue lo que lo caracterizó.
Cito a continuación, con sus propias palabras, la opinión del Beato Juan Pablo II sobre su ciudad natal, a propósito de la Homilia Santo Padre Juan Pablo II visita Wadowice 16 de junio 1999: "Con gran emoción contemplo esta ciudad de mis años de infancia, testigo de mis primeros pasos, de mis primeras palabras y de «las primeras inclinaciones»... La ciudad de mi infancia, la casa paterna, la iglesia parroquial, la iglesia de mi santo bautismo... Quiero cruzar estos umbrales acogedores, inclinarme ante mi tierra natal y ante sus habitantes, y decir las palabras con que se suelen saludar los familiares al regreso de un largo viaje: «¡Alabado sea Jesucristo!». Y la casa se encontraba precisamente aquí, a mis espaldas, en la calle Koœcielna. Y cuando miraba desde la ventana, veía la meridiana y el lema: «El tiempo huye, la eternidad espera»” Y la eternidad lo espera como Santo.
En una casa de dos pisos, diagonal a la Basílica de Consagración a la Santísima Virgen, donde fue bautizado, vio la luz Karol Józef Wojtyła. Era el menor de los dos hijos del matrimonio integrado por Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska. Su madre era una ferviente católica y se las arregló para que su hijo naciera cerca de un templo pues quería que lo primero que oyera su hijo fueran los "cánticos a Dios". Cuando Karol aún era muy pequeño, su madre le decía a otras mujeres: "Verán que mi pequeño Karol será una gran persona". Su madre falleció cuando él tenía nueve años (en el año 1929). Su hermano mayor, Edmund, que era médico, murió en 1932, por contagio de una enfermedad cuando curó a un hombre de condición humilde. Junto con su padre se trasladó a Cracovia para iniciar sus estudios en la Universidad Jagellónica. Su padre, un suboficial del ejército polaco, murió en 1941, durante la ocupación de Polonia por la Alemania nazi. Su padre siempre lo guió en el camino de la fe y el amor cristiano por los semejantes.
Nuestro bus se detuvo en una plazoleta, en la parte baja del pueblo. Subimos unos cuantos escalones y llegamos a la Basílica, rodeada con un colorido de fachadas espectacular. Era domingo, y la misa la dieron al aire libre, mientras el sacerdote iba recorriendo todas las calles que bordean la Plaza Mayor. Ya dentro de la Basílica, destacan fotografias de su trayectoria, desde que era monaguillo hasta que fue Papa.
Luego, entramos a la casa natal, ahora museo, en la cual muestran diferentes pertenencias de cuando vivía en ésta y en donde permaneció hasta los 18 años de edad, como fotografías de cuando tenía días de nacido y de su corta estancia en el servicio militar, las casullas de capellán, de obispo y de cardenal, monedas commemorativas, eskís (fue un gran amante de este deporte cuando era jóven), los libros que escribió, entre otras pertenencias, asi como souvenirs. No permitieron fotos del interior de la casa, pero mi impresión fue que el futuro Papa no tuvo un origen humilde, pues el mobiliario en general así lo refleja, aunque precisamente la humildad fue lo que lo caracterizó.
Cito a continuación, con sus propias palabras, la opinión del Beato Juan Pablo II sobre su ciudad natal, a propósito de la Homilia Santo Padre Juan Pablo II visita Wadowice 16 de junio 1999: "Con gran emoción contemplo esta ciudad de mis años de infancia, testigo de mis primeros pasos, de mis primeras palabras y de «las primeras inclinaciones»... La ciudad de mi infancia, la casa paterna, la iglesia parroquial, la iglesia de mi santo bautismo... Quiero cruzar estos umbrales acogedores, inclinarme ante mi tierra natal y ante sus habitantes, y decir las palabras con que se suelen saludar los familiares al regreso de un largo viaje: «¡Alabado sea Jesucristo!». Y la casa se encontraba precisamente aquí, a mis espaldas, en la calle Koœcielna. Y cuando miraba desde la ventana, veía la meridiana y el lema: «El tiempo huye, la eternidad espera»” Y la eternidad lo espera como Santo.
Wadovice es sin lugar a dudas, un pueblito muy pintoresco y uno de los más bonitos de toda Polonia. Les invito a consultar una página sobre la Casa y pueblo de Juan Pablo II en facebook: http://www.facebook.com/pages/Casa-Juan-Pablo-II-Inc/117254614990230
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