España conserva casi intactas edificaciones centenarias en sus innumerables pueblos y ciudades. Hace una década, volamos desde Santa Cruz de Tenerife hasta Sevilla, y allí alquilamos un auto para recorrer Andalucía hasta la bellísima ciudad de Granada, con el objetivo de cumplir uno de mis sueños: visitar el conjunto monumental de “La Alhambra. Granada es poseedora de uno de los más exquisitos acervos culturales de toda España, que data del siglo VI. No más llegar, vino a mi mente una estrofa de la célebre canción del compositor e intérprete mexicano Agustín Lara “Granada tierra ensangrentada en tardes de toros, mujer que conserva el embrujo de los ojos moros… te sueño rebelde y gitana cubierta de flores y beso tu boca de grana jugosa manzana que me habla de amores”.
Recorrimos sus calles y en todas ellas, no más levantar la vista, allí sobre la colina Al-Sabika en el valle de la Sierra Nevada, se vislumbraba La Alhambra, exquisito monumento a la belleza y a la majestuosidad. Esa fue mi primera impresión. ¡Pero otra cosa es recorrerla en su interior!
La Alhambra posee cuatro áreas bien definidas: los Palacios, la zona militar o Alcazaba, la ciudad o Medina y la finca agraria del Generalife, todas rodeadas de bosques, jardines y huertas. Tal como describe Wikipedia, es un rico complejo palaciego y fortaleza (alcázar) que alojaba al monarca y a la corte del Reino Nazarí. Su verdadero atractivo, como en otras obras musulmanas de la época, no sólo radica en los interiores, cuya decoración está entre las cumbres del arte andalusí, sino también en su localización y adaptación, generando un paisaje nuevo pero totalmente integrado con la naturaleza preexistente. Accedimos por la Puerta de las Granadas hasta llegar al Palacio de Carlos V, situado junto al Palacio nazarí de Comares. Su arquitectura contrasta con la arquitectura islámica del resto de la edificación.
Todo en La Alhambra es hermoso. Fuimos recorriendo La Alcazaba o Ciudad Medina, la cual constituía la zona militar, centro de la defensa y vigilancia del recinto, parte de la construcción más antigua de la Alhambra. Seguimos a Los palacios nazaríes, conjunto formado por el Palacio de Comares, y el Palacio de los Leones, La Sala de los Abencerrajes, alcoba del sultán, sin ventanas al exterior, con muros ricamente decorados. El zócalo es del siglo XVI, de la fábrica de azulejos sevillana, con cúpula decorada con mocárabes y en el centro, una fuentecita refleja la cúpula de mocárabes, ricamente decorada, donde al entrar la luz por la parte superior va cambiando según las distintas horas del día. Continuamos a Sala de las Dos Hermanas, a la cual se accede desde el Patio de los Leones por el lado opuesto a la Sala de los Abencerrajes y la Sala de los ajimeces y mirador de Daraxa o Lindaraja con el Balcón de Lin-dar-Aixa al fondo, entre otras salas y palacetes. Pero nada como El Palacio de los Leones y El Generalife.
El Palacio de los Leones fue construido en 1377 por Mohamed V, hijo de Yusuf I, rectangular y rodeado por una galería con 124 columnas de mármol blanco, alrededor, las alcobas, salas privadas del sultán y sus esposas. De cada sala fluyen 4 arroyos que van al centro: los 4 ríos del paraíso. Las columnas se unen con paños calados que dejan pasar la luz, y la no menos famosa Fuente de los Leones. Los últimos estudios hechos dicen que los leones proceden de la casa del visir y poeta judío Yusuf Ibn Nagrela (1066). Representan las 12 tribus de Israel. Dos de ellos tienen un triángulo en la frente indicando las dos tribus elegidas: Judá y Leví.
El Generalife, el Yannat al-arif era una villa utilizada por los reyes musulmanes de Granada como lugar de retiro y descanso. La parte más importante está constituida por sus jardines, fue concebida como villa rural, donde jardines ornamentales, huertos y arquitectura se integraban, en las proximidades de la Alhambra. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Si bien durante mis viajes acostumbro a adquirir recuerditos que me ocupen el menor espacio en las maletas como imanes para la nevera o el pc, en esta oportunidad no pude resistir la tentación y acabé comprando una hermosa caja de música en madera con el Patio de Los Leones, que al abrirla deja fluir encantadoramente los compases de Granada. Les dejo su imagen a continuación. Espero algún día volver a extasiarme con esta maravillosa obra.
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