El Indio Tinjacá y el Perro Nevado, junto al busto de Simón BolívarSan Rafael de Mucuchíes, típica población del páramo andino, con callecitas rectas y casonas coloniales de viejos tejados, se encuentra a 48 kilómetros de la ciudad de Mérida, a una altitud de 2.893 metros sobre le nivel del mar. Goza de una temperatura promedio de 11°C, la cual puede estar cerca o por debajo de 0 a finales de Julio, cuando suele nevar. Ubicada en medio de las serranías de Santo Domingo desde todas partes del pueblo se aprecian hermosos paisajes de páramo. Al este, esta bordeada por el río Chama.
Entre sus atractivos turísticos esta la Plaza Bolívar, rodeada de hermosas flores y áreas verdes. En el centro, destaca el busto del Libertador sobre un pedestal y junto a éste la estatua del Indio Tinjacá y el fiel perro Nevado, de la raza Mucuchíes, quién compartió con el Libertador Simón Bolívar hasta el 24 de junio de 1821 cuando en la Batalla de Carabobo, muere de un lanzazo, al atacar a la Caballería Realista como una fiera indómita. Como testimonio queda la fotografía. Cuenta la leyenda que el Libertador Simón Bolívar se despidió de él con lágrimas de pesar profundo. El perro "Nevado", fue un regalo que hiciera Don Vicente Pino al Libertador a su paso por esas tierras en la Campaña Admirable de 1813.
El origen del perro Mucuchicero se remonta a la época colonial, cuando sus ancestros llegaron procedentes de la madre Patria, y al cruzarse entre sí, con el exceso de consanguinidad, y el hábitat, fueron perfilándo características de un nuevo perro que se denominó perro de Mucuchíes. En 1964, es reconocido como raza nacional. En la carretera trasandina cuando vas o vienes de El Águila, suelen verse niños de caras sonrosadas vendiendo cachorritos.
El origen del perro Mucuchicero se remonta a la época colonial, cuando sus ancestros llegaron procedentes de la madre Patria, y al cruzarse entre sí, con el exceso de consanguinidad, y el hábitat, fueron perfilándo características de un nuevo perro que se denominó perro de Mucuchíes. En 1964, es reconocido como raza nacional. En la carretera trasandina cuando vas o vienes de El Águila, suelen verse niños de caras sonrosadas vendiendo cachorritos.
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